Reflexiones desde el MWC 2025: Amistades, Risoterapia y Un Toque de Tecnología

Escrito por Laura Xicota, CEO de Merlin Digital Partner

¡Hola a todos! Si alguna vez te has preguntado si el Mobile World Congress es como una gran fiesta de tecnología, ¡te aclaro que lo es!  Este año, el MWC 2025 no solo brilló por su impresionante nivel de marcas, sino que, sorprendentemente, la organización también dio un paso adelante. ¡Menos atascos durante las horas punta! Algo que merecería una ovación de pie, aunque, lamentablemente, detrás de esta mejora se esconde el eterno dilema de los baños y la comida, que necesitan una urgente actualización. Pero centrémonos en lo que realmente importa: LAS PERSONAS.

Lo que más me gustó fue ver a la gente más tranquila, menos ansiosa. ¿Te imaginas eso? Menos estrés que el año pasado y que el otro, u el otro… ¡Gloria bendita!. Era como si todos tuviéramos en mente la misma idea: “La vida es corta, así que mejor disfrutemos de este momento… pero con buena actitud”, como bien dice mi amigo Alex Carballo. Es impresionante cómo la energía de una multitud puede transformarse, y este año, esa energía era positiva.

El MWC siempre es un momento especial para reconectar con amigos del sector, y este año, no puedo evitar sentirme especialmente emocionada de encontrarme con José Luis Casal. Su energía y conocimiento es inigualable, de otra galaxia. También fue genial ver caras conocidísimas como Jordi Rivera, Eva Rosell, Ana Guasch, Alejandro Carballo, Daniel Romy, Queralt Vila, Lidia Niculai, Helena Torras, Peña Solano, Laia Rogel, Ruth Gumbau, Natalia Olson, Pilar Conesa, Yolanda Puiggros, Roser Roca, María Masó o Taryn Andersen. Intercambiar historias (más bien risas) con ellos siempre es un bálsamo para el alma. Y, ojo, ¡todos los demás están en mi “lista mental VIP” del MWC!

En cuanto a las áreas que me llamaron la atención, el Talent Arena estaba fuera del recinto principal. Y no es de extrañar, porque su decoración parecía diseñada para un adolescente de 15 años adicto a los videojuegos, sumido en la ansiedad de estar siempre conectado. Esa atmósfera contrastó visiblemente con las conferencias de las ‘viejas glorias’, como nuestro querido Pedro Duque, que brindaba una dosis de realidad o profesionalidad (no sé cómo llamarla) entre los desfiles psicodélicos de jóvenes que parecían sacados de una convención de personajes de cómics.

Pero volviendo al MWC, Y, quiero destacar el papel de las mujeres emprendedoras en este ecosistema. Las iniciativas de Female Founders, con figuras brillantes como Nuria Pastor, son fundamentales para visibilizar el talento femenino en el sector tecnológico.

En Merlin, estamos orgullosas de ser parte de esta misión a través de nuestro proyecto NEXT WOMEN. Este inspirador esfuerzo busca empoderar a las mujeres, brindándoles el apoyo y las herramientas necesarias para brillar en el mercado laboral. Ya lo decía mi socia, Cristina Rallo, nos comprometemos a construir un espacio inclusivo y solidario donde las mujeres no solo puedan destacar, sino también transformar el panorama tecnológico para futuras generaciones.

Estar con amigos del sector siempre es una buena oportunidad; las fiestas post-MWC son una tradición que nunca falla. ¡El lunes en Charlie’s en el Gran Tonino es un must! Desde Nuclio hasta Norskeen, y hasta el propio rey, hubo momentos que hicieron que cada día fuera una aventura. No puedo dejar de mencionar a Josep Coll de Repscan, quien nos deleitó con su nuevo hit «Busco un inversor”, o los robots de Irene de Keybotic que estaban haciendo de las suyas. Y un aplauso especial para el equipo de Taxdown, ¡bravo Pedro! Las clásicas ponencias de Banc Sabadell Startup (en la esquina de la entrada al 4Y4N) se han convertido en un place to be para disfrutar también de Yolanda Perez, un amor de persona y mejor profesional.

Aunque se me queden muchas anécdotas en el tintero, quiero decir que siempre es un chute de adrenalina, una especie de feria de abril, pero con más robots y conexiones. Las luces pueden apagarse, pero eso solo significa que comienza la verdadera fiesta: el “yo te dije, tú me mandaste”, la alegría por los reencuentros y la promesa de nuevas colaboraciones.

Así que, mientras esperamos a que el MWC vuelva a girar, recordemos que al final, no se trata solo de la tecnología, sino de las conexiones humanas que construimos. Y quizás, solo quizás, entre risas, correos electrónicos y unos buenos cafés, descubramos que la vida es una gran red de historias entrelazadas.

Nos vemos el próximo año, ¡y que la tecnología nunca nos robe la capacidad de disfrutar del momento!

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